6.26.2012

Memoria. (a propósito del arquitecto Ayguavives)

La reciente inauguración en el MACBA (Museu d’art contemporani de Barcelona) de la exposición dedicada al ICSID de Ibiza de 1971, me ha brindado la oportunidad de constatar una vez más la volatilidad de la memoria humana.

En el caso presente, cuarenta y un años han bastado para que la información –o al menos parte de ella- se distorsione, para que se altere el papel de algunos de los protagonistas o para que se escamotee sin más trámite la importante labor de algunos de los miembros del grupo que materializó el congreso ibicenco y propició que un nutrido y selecto grupo de representantes del diseño mundial descubriese de una tacada la realidad de un país que permanecía bajo el yugo franquista, las enormes dosis de creatividad, de ingenio y de posibilismo que demandó la tarea organizativa y el empuje y la capacidad de convocatoria que se pusieron de manifiesto en aquella ocasión.

Una de las “víctimas” de la selección expositiva ha sido el arquitecto Pancho Ayguavives, a la sazón miembro fundador del Grupo Abierto de Diseño e impulsor ante el ADI-FAD de la propuesta para que dicho grupo asumiese la parte más tangible del proceso organizativo.

Ayguavives propició además que la segunda obra hinchable del escultor Josep Ponsatí viese la luz en la bahía de Sant Antoni, delante del conjunto hotelero en el que se desarrolló el congreso de diseño. El hinchable se convirtió, junto a la “Instant City” –un poblado que se sostenía por la mayor presión de aire en su interior- en el icono del ICSID del 71, un congreso que marcó una clara línea de ruptura e impulsó el inicio del “new look” de la asociación mundial de diseñadores.

El dinero, o mejor dicho la falta de él, convirtió la materialización del hinchable de Ponsatí –y la de la “Instant City”- en retos de ardua resolución. Hubo que convencer a suministradores, “sponsors”, transportistas y autoridades en una agotadora labor de seducción para conseguir la materia prima –centenares de rollos de plástico-, situarla en la entonces remota bahía, conseguir la autorización gubernativa, conseguir asimismo el gas helio para el hinchado de la pieza de Ponsatí, la complicada instalación de los aparatos a pie de playa, los anclajes en el fondo del mar para que el enorme conjunto de globos no echase a volar y un larguísimo etcétera de materiales, sistemas y trámites que se complicaron con el embarrancado de uno de los “ferrys” que trasportaban elementos esenciales del montaje.

Otro arquitecto, Carlos Ferrater, lideró el proyecto de poblado hinchable junto al madrileño Prada Poole, mientras que Ayguavives se responsabilizaba de la escultura que sobrevolaría las aguas de Sant Antoni, además de dinamizar el equipo que convertía día a día los hoteles en espacios congresuales.

La carrera de Pancho Ayguavives se ha desarrollado a lo largo de los años de forma extensa e intensa, con obras de todo pelaje que se reparten por buena parte del globo terráqueo. Sus intereses profesionales y su curiosidad vital se han conjugado a la hora de seleccionar encargos a menudo complejos y a veces arriesgados, alternándolos con proyectos prestigiosos, de gran relieve y repercusión mediática.

Destacan en su primera época diferentes edificios en el “up town” barcelonés –lo que él mismo llama “encargos burgueses”- y la colaboración con Yona Friedman en el desarrollo de un proyecto de ciudad autodeterminada en el degradado barrio de Torre Baró, en Barcelona. Con el mismo Yona Friedman participa posteriormente, 1973-1974, como ayudante de cátedra en la parisina “École spéciale d’architecture”.

Fundación del ya mencionado “Grupo Abierto de Diseño” junto a otros arquitectos, diseñadores y fotógrafos, destacada participación en el también mencionado ICSID, posteriormente en el macro proyecto urbanístico de “Riera de Caldes” y de ahí el primer gran salto, como responsable de otro proyecto urbanístico, el de la “Ville nouvelle de Saint Quentin-en-Yvelines”, cerca de París, donde durante ocho años redacta y construye el proyecto urbanístico del sector “Trois Villages”, donde hoy residen ochenta mil habitantes.

De Paris, e impulsado por la relevancia del proyecto de Saint Quentin, a Ryad, en Arabia, donde asume distintos encargos gubernamentales para remodelar la ciudad, algunos de gran magnitud y trascendencia, cómo “Malaz” y el sector del aeropuerto entre otros.

De regreso a Paris, donde tiene el domicilio familiar, crea su propia “agence” y gana cuota de mercado en una trayectoria imparable, colaborando con distintas estrellas de la profesión.

A lo largo de los últimos años la carrera de Ayguavives se ha desarrollado en España y en Francia, dando preferencia a los encargos de medio y pequeño formato que le permiten mayor cuota de libertad creativa y menos obligaciones empresariales, desandando así el camino entre el gran estudio parisino de hace unos años y el tranquilo despacho actual en el Midi francés.


Pierre Roca


2 comentaris:

jobrama ha dit...

Bon dia Piierre, m'agradat molt coneixer, gràcies a aquest relat vivèncial, una mica més al Pancho. T'honora molt la defensa y el reconeixement de l'amic. Gràcies i abraçada.

Pierre Roca ha dit...

Gràcies pel teu comentari.

Abraçada.